"Los escritos de Paul Paniagua subliman el espíritu, conquistan la alegría, y nos hacen ver la vida con humor y optimismo... Desde el título, Paul Paniagua nos penetra en un espacio lúdico, inspirado en los juegos de trompos. Para el autor, el texto es una métafora de la vida.Es un libro original que atrapa al lector.. Estos textos hiperbreves no se pueden leer con el ceño fruncido, sino una una amplia sonrisa. " Ph.D Mara L. García Brigham Young University


“Ojos llenos de abril” pertenece al destiempo. No es abril nada más la morada constante. Sino todos los meses y todos los años y todos los días. La mujer es la prueba fehaciente que no existe omega y que el alfa jamás delimita o recuenta el tamaño del tiempo, el amor, el poema.

Paul Paniagua nos deja asomar por el ojo de la cerradura a su propia mirada. Pero no servirán nuestros ojos. Es vital e imperante usurpar su mirada. Otros ojos. Ojos llenos de abril que son llave y ventana y paisaje profundo como un mar adentro.

Fausto Vonbonek.


Presentacion del libro

Presentacion del libro
Cecut Mexico

Sunday, January 15, 2012

Y ESTA LLOVIENDO



            en memoria del maestro Gonzalo  Rojas
                                                                      

Yo sé que lloras cuando mi ausencia me delata, 
aunque lo escondan tus tiernos ojos negros y no aparente.
Me voy, y no quiero irme de tu lado. 
Bullicio de los trenes que me llevan, 
vientre de las rocas de la minas de carbón y van marchando . . . . 
Son ellas las ruedas que se sienten en el pecho, 
ya las oigo cercenarse sobre rieles en mis sienes.

Extraigo el carbón desde lo oscuro de la tierra. 
No quiero ir, quiero que me pidas que me quede, 
quiero escucharte decirlo de tu boca. 
Soy yo, no quiero irme de tu lado. 
Soy yo, el que se va y, ¡está lloviendo!

Veo un relámpago brillar desde estas gotas 
que se escurren por el rostro, 
allá en lo agreste, 
pero no quiero ir hoy a las minas del Arcángel. 
Allí está él esta mañana.
Allí me espera.

Hilda, él fue minero y tú lo sabes. 
¿No te parece pensar que en la gama de sabores 
el rencor es más amargo que el mismo olvido? 
Soy yo y yo ya salgo. 
Soy yo tu esposo, Gonzalo Rojas. 
Y está lloviendo . . .

Hacia el fondo de tu vista, el día ya expira, 
sigue lloviendo a torrenciales, 
y se desploman las montañas en los suelos. 
El relámpago no cesa de cimbrar la tierra misma. 
Ya viene. Se enciende el suelo. 
Aquél me llama. Es él mi padre que me espera.

Papá, no te vayas, quédate aquí, aún hay tiempo. 
Tengo una almohada para que recuestes tu cabeza 
y acaricie yo tu rostro y yo te bese.

Papá, esta es tu sábana; 
esta es tu cama que compartes con mi madre.

Esta es tu casa, y está lloviendo . . . 
Papá, mírame a mis ojos otra vez. 
Aún hay tiempo. No hay mas exilios.

Yo sé que está lloviendo, 
aún hay trozos de pan sobre la mesa. 
--Madre, no abras el portón de allá de afuera . . . está lloviendo . . . 
--Madre, ya no lo veo. 
¿Qué será ahora de esta tierra sin sus versos?
!Papá, papá, está lloviendo!!!!!!

Paul Paniagua
Sin Trompo de Poner
Copyright 2011

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